De repente se les presenta un niño del centro en su casa y les transforma su vida, ayudándoles a superar el duelo irresuelto por su anterior hijo muerto, y a afrontar una nueva vida feliz.
Esta película es interesante por muchos motivos. Pero el principal es que puede ser vista con un mensaje subliminal: Los niños acogidos pueden venir a ayudarnos a cambiar como personas, superar antiguos duelos y tratar de tener esperanza para poder afrontar una verdadera paternidad y maternidad.
Esta película , se deja ver muy bien, con momentos emotivos que pueden llegar muy hondo sobre todo a familias que no pueden tener hijos, o que los han perdido. Y muestra la psicología de las parejas que tanto han perdido hijos y tienen un duelo sin resolver, como las que tampoco pueden ser fértiles y tienen un nuevo duelo, y como eso influye en una posible adopción o acogimiento. De hecho el padre no ha superado sus duelo, y no permite al hijo que le diga papá , hasta que éste le trasforma con su forma de ser. Y expresan el duelo irresuelto con la habitación cerrada y sin tocar, del hijo muerto, a la que no entran ni dejan entrar.