Camino es una preciosa y dulce niña de once años que vive sus últimos momentos en la habitación de un hospital. Rodeada de familiares, amigos, sacerdotes y un número inusitado de personal clínico, da a todos un ejemplo de muerte serena y feliz. En una atmósfera de santidad y cuando parece que la muerte es ya inevitable, ocurre algo extraordinario en la habitación. Inspirada en hechos reales, “Camino” es una aventura emocional en torno a una extraordinaria niña de once años que se enfrenta al mismo tiempo a dos acontecimientos que son completamente nuevos para ella: enamorarse y morir.
'Camino' es, sobre todo, una luz brillante capaz de atravesar todas y cada una de las tenebrosas puertas que se van cerrando ante ella, y que pretenden en vano sumir en la oscuridad su deseo de vivir, amar y sentirse definitivamente feliz. Inspirada en la verdadera historia de Alexia González Barros, la hija menor de una familia perteneciente al Opus Dei, que falleció en 1985 a los 14 años de edad, y que actualmente está en proceso de canonización.
La verdad es que quiero ver la película como un grito. Un grito a la vida, a la maravillosa experiencia que es vivir. Ese grandísimo viaje que cada uno llevamos como podemos y, muchas veces y por desgracia, como nos dejan. Nadie debería nunca adoctrinar en el fanatismo a un niño.
Quiero ver que en la película se nos presenta a una niña religiosa, pero con ganas de vivir su propia vida. De cometer sus propios errores, de comerse el mundo, de amar y ser amada, de ser una princesa de cuento y una niña a la vez. Pero todo eso se ve truncado por la figura terrible de su madre y el tremendo lavado de cerebro a la que le somete.